WHO/L. Mackenzie
A member of the ring vaccination team vaccinates a man in Bosolo village.
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Enfermedad por el virus del Ébola

24 de abril de 2025

Datos y cifras

  • El ébola es una enfermedad grave, y a menudo mortal, que afecta a los seres humanos.
  • Se conocen tres virus diferentes capaces de causar brotes importantes de ébola: el virus del Ébola, el virus del Sudán y el virus de Bundibugyo.
  • La tasa media de letalidad ronda el 50 %. En brotes anteriores, esta tasa ha oscilado entre el 25 % y el 90 %.
  • Un tratamiento de apoyo temprano e intensivo, en particular la rehidratación y el tratamiento sintomático, mejora la supervivencia.
  • Solo se dispone de vacunas y tratamientos aprobados para uno de los virus causantes (el del Ébola); en los demás casos, estos productos se encuentran en fase de desarrollo.
  • El control de los brotes se basa en un conjunto de intervenciones: el tratamiento sintomático intensivo de los pacientes, la prevención y el control de infecciones, la vigilancia de la enfermedad y el rastreo de contactos, los servicios de laboratorio, las prácticas funerarias dignas y sin riesgos, la vacunación (si procede) y la movilización social.

 

Generalidades

La enfermedad por el virus del Ébola (o, simplemente, ébola) es una afección rara pero grave que afecta a los seres humanos (1). A menudo es mortal.

Los patógenos causantes son virus del género Orthoebolavirus, familia Filoviridae (2). Hasta la fecha se han identificado seis especies de Orthoebolavirus, tres de las cuales son conocidas por causar grandes brotes:

  • El virus del Ébola, causante de la enfermedad por el virus del Ébola.
  • El virus del Sudán, causante de la enfermedad por el virus del Sudán.
  • El virus de Bundibugyo, que causa la enfermedad por el virus de Bundibugyo.

El ébola se detectó por primera vez en 1976, cuando se produjeron dos brotes simultáneos: uno de enfermedad por el virus del Sudán en Nzara (en el actual Sudán del Sur) y otro de enfermedad por el virus del Ébola en Yambuku, en la actual República Democrática del Congo. Este último se produjo en un pueblo cercano al río Ébola, del que toma su nombre la enfermedad.

Si bien existen vacunas y tratamientos autorizados para la enfermedad por el virus del Ébola, no se ha aprobado ninguna vacuna ni tratamiento para las otras enfermedades similares (las de los virus del Sudán y de Bundibugyo), si bien hay varios productos candidatos en fase de desarrollo.

La supervivencia se puede mejorar instaurando a tiempo un tratamiento sintomático intensivo, en particular mediante la rehidratación y el tratamiento de síntomas específicos. Si la atención médica empieza a tiempo, se pueden salvar muchas vidas.

Transmisión

Se cree que los murciélagos frugívoros de la familia Pteropodidae son huéspedes naturales de Orthoebolavirus. El virus puede transmitirse a la población humana cuando las personas mantienen contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados, como murciélagos frugívoros, chimpancés, gorilas, monos, antílopes o puercoespines hallados enfermos o muertos en la selva.

Las personas pueden infectarse por contacto directo, a través de lesiones en la piel o de las mucosas, con:

  • sangre o líquidos corporales de personas enfermas o fallecidas por ébola; y
  • objetos o superficies contaminados por líquidos o secreciones corporales (como sangre, heces y vómitos) de un enfermo de ébola o de alguien que haya fallecido por esta enfermedad.

Las personas no transmiten el virus mientras no presenten síntomas, y siguen siendo infecciosas mientras haya virus en su sangre.

Se han registrado numerosos casos de trabajadores de la salud y asistenciales infectados al atender a pacientes con ébola. La infección se produce por contacto directo con pacientes cuando no se han observado estrictamente las precauciones contra las infecciones.

En las ceremonias funerarias que implican contacto directo con cadáveres también se puede producir transmisión del ébola.

Síntomas

El periodo de incubación (es decir, el intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) oscila entre dos y 21 días.

Los síntomas iniciales, que pueden aparecer de forma repentina, son fiebre, cansancio, malestar general, dolores musculares y dolor de cabeza y de garganta. Van seguidos de vómitos, diarrea, dolor abdominal, erupciones cutáneas y signos de deterioro de las funciones renal y hepática. Es importante que los trabajadores de la salud y asistenciales estén atentos a estos síntomas.

Pese a la percepción generalizada, las hemorragias no son un síntoma tan frecuente y pueden aparecer en fases más avanzadas de la enfermedad. Algunos pacientes pueden presentar hemorragias internas y externas; por ejemplo, sangre en el vómito o las heces y sangrado por la nariz, las encías y la vagina. También puede producirse sangrado en los puntos donde se haya perforado la piel con agujas.

La afectación del sistema nervioso central puede provocar confusión, irritabilidad y agresividad.

Diagnóstico

Desde el punto de vista clínico, puede resultar difícil distinguir el ébola de otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas, ya que los síntomas son similares en la fase inicial de la enfermedad.

La confirmación de que una persona está infectada por Orthoebolavirus se obtiene mediante los siguientes métodos de diagnóstico:

  • prueba de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RCP-RT);
  • ensayo de inmunoadsorción enzimática (ELISA) para detectar anticuerpos;
  • pruebas de detección de antígenos;
  • aislamiento del virus en un cultivo celular.

El manejo de las muestras obtenidas de pacientes entraña un riesgo biológico extremo y las pruebas analíticas con muestras no inactivadas deben realizarse en condiciones de máxima bioseguridad. Todas las muestras biológicas no inactivadas deberían envasarse utilizando el sistema de triple envasado para su transporte, tanto internacional como nacional. Véase el documento Pruebas de diagnóstico de las enfermedades por los virus del Ébola y de Marburgo (en inglés).

Tratamiento

A lo largo de los años, la OMS y sus asociados han elaborado una serie de orientaciones y programas de formación para definir cuál es la mejor atención que se puede prestar a los pacientes y cómo aumentar sus posibilidades de supervivencia, con independencia de si se aplican o no tratamientos específicos. Bajo el concepto de «atención de apoyo optimizada» se incluyen las pruebas pertinentes, el alivio del dolor, la nutrición y el tratamiento de coinfecciones (como el paludismo), así como otras medidas que ofrecen al paciente las mejores perspectivas de recuperación.

En el caso del virus del Ébola, la OMS formuló recomendaciones firmes (en inglés) para el tratamiento con los anticuerpos monoclonales mAb114 (ansuvimabTM) y REGN-EB3 (InmazebTM). En cuanto a la enfermedad por el virus del Sudán y la enfermedad por el virus de Bundibugyo, no hay tratamientos autorizados, aunque se están desarrollando productos candidatos (en inglés) y se dispone de un protocolo CORE (en inglés) para los ensayos clínicos.

Vacunas

Contra la enfermedad por el virus del Ébola:

Contra las enfermedades relacionadas con el ébola, como la enfermedad por el virus del Sudán:

Prevención y control

La implicación de la población es fundamental para controlar con éxito cualquier brote. Las actividades de control se basan en la aplicación de una serie de medidas, como la atención clínica, la vigilancia y el rastreo de contactos, los servicios de laboratorio, la prevención y el control de las infecciones en los establecimientos de salud, las inhumaciones seguras y dignas, la vacunación (solo en el caso de la enfermedad por el virus del Ébola) y la movilización social.

La concienciación sobre los factores de riesgo de infección y las medidas de protección que pueden adoptar las personas es una estrategia eficaz para reducir la transmisión humana. Los mensajes orientados a reducir el riesgo deberían centrarse en distintos factores:

  • Reducir el riesgo de transmisión desde los animales silvestres al ser humano por contacto con murciélagos frugívoros o simios infectados y el consumo de su carne cruda.
  • Reducir el riesgo de contagio por contacto directo o estrecho con personas infectadas, especialmente con sus líquidos corporales. Hay que evitar el contacto físico estrecho con pacientes con ébola. Los pacientes deben permanecer aislados en un centro de tratamiento habilitado a tal efecto para que reciban atención temprana y se evite la transmisión en el hogar.
  • Informar debidamente a la población, tanto sobre la enfermedad como sobre las medidas para controlar los brotes. La mejor forma de lograrlo es involucrar a las personas en la respuesta y fomentar un diálogo abierto.
  • Aplicar medidas de contención de los brotes, como la inhumación segura y digna de los fallecidos, la identificación y el seguimiento durante 21 días de las personas que puedan haber estado en contacto con una persona infectada por ébola, el aislamiento de los enfermos para cortar la cadena de transmisión y la atención a los pacientes confirmados. También es importante mantener una buena higiene y un entorno limpio.

Control de la infección en los entornos de atención de salud

Los trabajadores de la salud deben adoptar siempre las precauciones habituales (en inglés) al atender a los pacientes, con independencia del posible diagnóstico. Estas precauciones son la higiene de las manos, la higiene respiratoria, el uso de equipos de protección personal (para evitar salpicaduras y el contacto con materiales infectados), las prácticas de inyección sin riesgos y las inhumaciones dignas y sin riesgos.

Los profesionales de la salud que atiendan a pacientes con ébola presunto o confirmado deben aplicar medidas adicionales de control de las infecciones para evitar el contacto con la sangre, los líquidos corporales del paciente y las superficies y los materiales contaminados, como la ropa de vestir y de cama. Véanse las directrices sobre prevención y control de infecciones por los virus del Ébola y de Marburgo (en inglés).

El personal de laboratorio también se expone a riesgos. Las muestras tomadas de personas y animales para investigar las infecciones por Orthoebolavirus deben ser manipuladas por personal capacitado y procesadas en laboratorios debidamente equipados.

Atención a los supervivientes

Todos los supervivientes, sus parejas y sus familiares deben ser tratados con respeto, dignidad y compasión. La OMS no recomienda aislar a los pacientes recuperados cuya sangre haya arrojado resultados negativos en las pruebas de detección de Orthoebolavirus. Los supervivientes pueden sufrir secuelas tanto clínicas como psicológicas, y la OMS anima a los países afectados a que consideren la posibilidad de establecer un programa de atención (en inglés) a fin de aliviar las secuelas, facilitar la reintegración en la sociedad, brindar asesoramiento y realizar pruebas biológicas.

Se sabe que los Orthoebolavirus persisten en los órganos inmunológicamente protegidos de algunas personas que se recuperan, como los testículos, el interior de los ojos y el cerebro. Aunque no es frecuente que los síntomas de la enfermedad reaparezcan si no hay reinfección, se han documentado casos que siguen siendo objeto de estudio.

Se ha documentado también transmisión del virus del Ébola a través de esperma infectado hasta 15 semanas después de la recuperación clínica. Para mitigar este riesgo debería ponerse en marcha un programa de análisis del esperma, con los siguientes objetivos:

  • ofrecer asesoramiento a los supervivientes y a sus parejas sexuales para informarles de los posibles riesgos y ayudarles a adoptar prácticas sexuales más seguras (en inglés) (que incluyan la distribución de preservativos y el asesoramiento para una higiene personal y de manos correcta);
  • ofrecer análisis mensuales de esperma hasta obtener dos resultados negativos consecutivos; y
  • tras dos resultados negativos consecutivos, los supervivientes pueden reanudar sus prácticas sexuales normales con un riesgo mínimo de transmitir el virus. s

Si no se dispone de un programa de análisis del esperma, los varones supervivientes deberían mantener unas prácticas sexuales más seguras durante 12 meses.

Los Orthoebolavirus también pueden persistir en la placenta, el líquido amniótico y el feto de las mujeres infectadas durante el embarazo, así como en la leche materna durante la lactancia. Los programas de atención a las supervivientes deben abarcar la atención a las embarazadas y los lactantes después de su recuperación.  

Respuesta de la OMS

La OMS colabora con los países para prevenir los brotes de ébola mediante la vigilancia y el apoyo en la elaboración de planes de preparación en los países en riesgo. El documento Epidemias de enfermedad por el virus del Ébola y de Marburgo: preparación, alerta, control y evaluación (en inglés) proporciona orientaciones generales para controlar los brotes de enfermedad por estos virus.

Cuando se detecta un brote, la OMS interviene apoyando la respuesta, la detección de casos, la participación comunitaria, el rastreo de los contactos, la vacunación, los ensayos de vacunas y tratamientos, la atención a los pacientes, los servicios de laboratorio, el control de las infecciones, la logística y la formación en prácticas funerarias seguras y dignas.

 


 Referencias bibliográficas

  1. Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE-11)
  2. Comité Internacional de Taxonomía de Virus (CITV): https://ictv.global/report/chapter/filoviridae/filoviridae/orthoebolavirus